EL BLOG DE REBOOT | 15 de octubre de 2020

La seguridad de los jóvenes después de COVID

por Emma Flores and Becky Stegmann

La seguridad de los jóvenes después de COVID

por Emma Flores and Becky Stegmann

La pandemia de COVID-19 nos hizo extremadamente consciente de lo interconectados que estamos de la atención médica a nuestra mano de obra a la transportación a nuestro suministro de alimentos. Somos intrincadamente dependientes el uno del otro. Sobrevivimos mejor en comunidades que cuidar y asumir la responsabilidad unos a otros—llevar una mascara, quedarse en la casa, y mantener distanciamiento social son maneras de proteger las personas más vulnerables.

Muchas iglesias están optando reflejar este compromiso a la seguridad pública durante COVID-19 al pasar el servicio de adoración y grupos de estudio en línea, hacer cumplir el distanciamiento social y requerir llevar mascaras como realidad de una pandemia ha abierto nuestros ojos a la responsabilidad mutua que tenemos como miembros de la sociedad y como el cuerpo de Cristo.

¿Por qué no aplicar el mismo entendimiento a nuestra iglesia cuando priorizar la seguridad en desarrollo de los jóvenes y niños? Una manera de hacer este es exigir el entrenamiento de conciencia sobre el abuso para todos los que interactuar con jóvenes y niños; este entrenamiento es tan esencial para la seguridad de la comunidad entera de la iglesia entera como lavando de manos o llevando una mascara. Los líderes de la iglesia deben aprovechar este mayor sentido de responsabilidad comunitaria debido de COVID-19 para construir una fundación de seguridad en todas nuestras iglesias.

El entrenamiento de conciencia sobre el abuso con adultos y voluntarios potenciales frecuentemente es pensado como una caja para comprobar en lugar de una inversión en el ministerio de los jóvenes de la iglesia – como un requisito indispensable para validar el pasado de una persona para trabajar con menores, en lugar de entrenamiento que podría aumentar la conciencia, compromiso saludable, y seguridad para el futuro. COVID-19 puede ayudar en cambiando esta actitud. Este es el tiempo perfecto – como congregaciones vuelven a imaginar reuniones en persona—para cada iglesia a cambiar a este entrenamiento y su responsabilidad a la seguridad de los niños y jóvenes.

La congregación entera tiene que ser comprometida a fomentar un ambiente seguro para todos niños y jóvenes. En el otoño pasado, dos de nuestras congregaciones del Reboot Starter Cohort tuvieron entrenamiento de conciencia sobre el abuso para sus congregaciones enteras—incluyendo jóvenes – más allá de tales requisitos del entrenamiento para alguna persona sirviendo en los ministerios de niños o jóvenes. Ellos son genuinamente invertidos en cultivando culturas de seguridad—no sólo sistemas para seguridad. Estos cambios en cómo los líderes de la iglesia piensan en el entrenamiento de conciencia sobre el abuso posicionan congregaciones para participación importante en ministerio en lugar de aplicación de políticas. Afortunadamente, muchas organizaciones que especializarse en el entrenamiento de conciencia sobre el abuso han lanzado materiales accesibles para ayudar los pastores, pastores de niños y jóvenes, y voluntarios para navegar tal entrenamiento—incluso virtualmente durante la pandemia.

La seguridad de los niños y jóvenes es destacada en la Biblia. Salmo 82:4 lee, “Defiendan la causa del huérfano y del desvalido; al pobre y al oprimido háganles justicia. Salven al menesteroso y al necesitado; líbrenlos de la mano de los impíos.” Los niños y los jóvenes están entre los más vulnerables al abuso en nuestras iglesias. Todos adultos tienen una responsabilidad personal a proteger niños y jóvenes y prevenir circunstancias donde abuso puede ocurrir. Si consideramos el entrenamiento de conciencia sobre el abuso como una manera para los adultos a tomar responsabilidad personal para la seguridad común, nuestras iglesias tienen la potencial para convertirse en un lugar seguro para todos.